¿Nacemos? ¿Nos hacemos? ¿Nos convertimos? o ¿Nos contagiamos?
Este tipo de pregunta se la hace más de uno, más de una mamá y un papá, más de un amigo, hermano, novio o novia...y la verdad es que ¿La respuesta importa? O ¿Es porque todos queremos una respuesta?
Nos olvidamos de lo que realmente ha de importar y es el ver a una persona feliz, radiante y siendo su mejor versión.
Pensamos que en este tiempo es fácil gritar al mundo: ¡SOOOOOY GAY! Pero no, por mucho que queramos normalizar el tema, la humanidad ha sido incapaz de aprobarlo.
El gusto por el mismo género ha existido toda la vida, no es algo que haya surgido por ver demasiados Tik Toks o ver que en cada programa de Tv hay un conductor gay, no, ¡No hay nada de antinatural en ello! O díganme, ¿qué es lo natural? ¿Lo que siempre nos han hecho ver desde pequeños?...¿El niño con la niña, la niña con el niño?...
A unos les gusta más la carne, a otros más el pescado...Unos prefieren el café con azúcar y otros negro y amargo…¿Y? Si esto no nos importa o afecta, ¿Por qué sí nos ha de importar que Miguel esté enamorado de Manuel...o Raquel de Rocio?..¿Qué nos importa? ¿No creen que ya cargamos con demasiadas preocupaciones y cosas que hacer en el día, como para preocuparnos también, por los gustos sexuales del vecino?
Si el caso fuera que cada vez que dos chicos se abrazan o se besan, nuestros refris se vaciaran, o que cada vez que dos chicas se dijeran te quiero, 10 elefantes murieran... pues a lo mejor podríamos entenderlo, a lo mejor... pero eso NO PASA.
Detrás de cada persona gay hay una historia, una historia que desconocemos, una historia laboral, familiar, de aceptación, de liberación… Con esto no digo que aplaudamos a cada gay con el que nos topemos, pero antes de juzgar, de dudar o de analizar a alguien...pongámonos en sus zapatos, no tenemos ni idea por lo que ha pasado o está pasando.
MÉXICO, TIENES LOS CLOSETS LLENOS.
Están llenos de gente que quiere gritar un ¡Te Quiero! a alguien de su mismo género, de alguien que finge estar en una familia hétero - normal, de alguien cansado de hacerse el machito para no ser descubierto...y ¿Por qué? Por todas aquellas personas que están deseando que salgan para poderlos señalar.
Cada uno tiene su tiempo, cada uno sabe cuándo salir, cada uno sabe la razón por la cual hacerlo, cada uno sabe por qué no es buen momento, por eso nadie ha de empujar a nadie a hacerlo, no tenemos ni idea el porqué esa persona no da ese paso, aún sabiendo que dicha persona al hacerlo, sentiría libertad.
Yo soy un chico de los 80´s - 90 ́s, de una ciudad, en aquel momento, no tan grande. Yo sabía desde pequeño que sentia atracción por gente de mi mismo sexo...Un mejor amigo, un profesor, el compañero de mi hermano...pero me era imposible el gritarlo.
Yo era un chico de moda, y solo salía con chicas que estuvieran de moda para que la gente viera y hablara de como yo era. Mi grupo era de lo más heterosexual que había, cuanto más contaras de lo que habías hecho con una chica, más aceptado, querido y respetado eras.
Cuando “jugaba” conmigo mismo, me forzaba a pensar en lo “natural”, lo que me enseñaban en mi colegio católico, pero eso hacía que me sintiera aún peor.
Cada vez mis amigos me hacían más preguntas…¿Por qué duras tan poco con ellas? ¿Por qué le dices que no a tantas?, ¿Por qué prefieres estar rodeado de chicas que de chicos?, ¿Por qué no quieres jugar futbol?...¿Por qué, por qué, por qué?
Sin contar las veces que me enamoraba en silencio de alguien y lo mucho que sufría. me sentía culpable. Un día conocí a una amiga, ella era lesbiana, era libre, alegre y me sacó de la ciudad donde vivía para pasar una noche en la capital, Madrid y en menos de 15 minutos me pude dar cuenta de lo poco que importaba con quien te besaras o fueras de la mano...todo parecía taaan normal!
La decisión estaba entonces en mis manos, contarle a mi familia y amigos, salir de casa, independizarme y buscar un lugar seguro donde fuera querido y aceptado.
Todo salió increíble, la aceptación, con el miedo que yo tenía, fue mucho más fácil de lo que me imaginaba. Mi historia, para mi fortuna salió bien.
Recuperé el tiempo perdido, me enamoraba cada mes, besaba y decía te quiero todos los días...El mundo que yo quería estaba solo a 23 km de donde vivía. Pero ese fue mi caso, uno muy igual a alguien de la capital, muy igual a alguien con una familia de mente abierta, a alguien que no sintió miedo, pero...Estoy seguro que es muy distinto a aquellos que viven en zonas rurales, con familias preocupadas por el que dirán o por trabajos donde las personas homosexuales no son aceptados.
Es por eso que detrás de cada persona de la comunidad, hay una historia, esa historia que puede estar viviendo un hermano, un amigo, un familiar...Hagamos entre todos que este gran paso que uno da, sea lo más fácil y bonito que uno recuerde. No conocemos la lucha interna del otro y con tan solo ofrecer un momento para escuchar a alguien ya harás la diferencia.
En el mundo hay mucha personas feas de espíritu o con malas intenciones pero también, mucha gente bonita, y yo sé de las bonitas.
¿Y tú? ¿De cual eres?
